Pos güeno, después de tres meses de que si siempre sí o que si no se hacía y de esperar y dar vueltas, ayer pisé suelo gringo por primera vez, ehehehe.
Como a las 2 y media de la tarde llegué al aeropuerto de Houston, donde hice escala antes de llegar a Philadelphia. El vuelo tranquilón, sin muchas novedades, sólo que en los asientos posteriores a mí, estaba un señor con sus papás, así tipo mexicano-que-me-voy-de-mojado-y-regreso-con-troca-a-mi-pueblo… pero buena onda el don, y se puso a platicar de muchas cosas.
Ya en Houston, la primera parada fue en la aduana… Había harrrrrrrrta gente, de todos lados, de todos los colores, alturas, complexiones, etcétera. El proceso fue relativamente rápido, no me preguntaron nada, sólo me tomaron la foto, las huellas, el sellito y listo. Después a recoger las maletas –maldita Continental, que me cobró por llevar 2, =( argggggggggg-, de ahí a donde podría ser la segunda revisión, pero creo que no resulté nada sospechosa, porque no me pararon, sólo el tipo de seguridad me dijo “hola, chica de morado”.
Por cierto, es muy fácil para los que hablamos español, porque todo está en español, las indicaciones, muchos lo hablan y de hecho hasta ponen los videos en español. De ahí a documentar de nuez las maletas y a la sala de espera, horas y horas hasta que saliera el vuelo a Philadelphia -7 de la noche-.
Intenté matar el tiempo conectándome, pero los malditos hostes cobraban 8 dólares por día y la red de a frijol no jalaba, así que me entretuve viendo la película de la profecía, que traía en la lap, hasta que llegó un señor con el que había viajado del df-houston, a hacerme plática.
Como alas 6:30 abordé para el vuelo, que tardó mucho tiempo en salir y hacía harrto calor, lo bueno es que una vez que despegó enseguida sirvieron la comida y devoré hasta con gusto la horrible torta y la ensaladita rascuachona.
Como a las 11:40 llegué a Philadelphia y ahí estaba Arturo esperándome, qué bueno, para no perderme, ehehehehehehehe. Recogimos las maletas y de ahí viajamos horas y horas hasta que como a las 2 de la mañana, llegamos a Orangeburg, NY, donde nos hospedamos.
Al día siguiente, como las 7:40 llegamos a The New York Power Authority, donde Arturo dio un curso, que estaba bastante interesante, acerca de los principios de la medición acústica y eso me sirvió mucho para introducirme en esos menesteres, aunque luché contra dormirme muchas muchas veces.
Mmm, lo que me di cuenta es que hay unos gringos a los que no se les entiende mucho que digamos y en un par de ocasiones me tuve que reír cuando todos se reían, pero quién sabe por qué lo hacía, porque no les entendí ni j. Pero bueno, como el 80% de lo que dicen es descifrable, así que espero que dentro de poco me pueda adaptar bien bien a esto del inglish.
A las 3 salimos del lugar, y salimos de Orangeburg, que por cierto es muy bonito, con calles amplias, edificios grandes, lindos lugares, etcétera, lo que pude ver me gustó. Y viajamos nuevamente horas y horas hasta como poquito antes de las 7, que llegamos a Albany, donde nos quedaremos esta noche, porque mañana Arturo tiene que ir a verificar un equipo en una subestación… espero que no me la hagan de tos y pueda entrar, porque no traigo zapatos de trabajo, mmm.
Hasta ahorita y lo poco que he visto de los iunaites me ha gustado muchote, he visto hermosos paisajes, montañas, bosques, ríos, algunas ciudades, carreteras y más carreteras –no tan divertido-, y hasta castorcitos… aunque uno de ellos muerto en la carretera, lágrima.
Y pues de los gringos, hasta ahora todos han resultado amables, pero todavía no puedo opinar, porque no he convivido la gran cosa, pero bien bien.
Espero que siga así, y que pronto me adapte bien bien. A ver qué pasa… Zasssssss…
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