viernes, agosto 03, 2007

El gato volador regresa con todo

En ediciones muy pasadas expuse el tema del minino que llegó a morir al patio de doña G, quien por ningún motivo quiso tocarlo y meterlo a la bolsa para tirarlo no sé a dónde.
Ah pos bueno, ese suceso era recordado sólo por lo chusco de la actitud de Miss G, quien le hablaba al gatito inerte para que se metiera a la bolsa. Pero hasta allí...
Hasta ayer en la noche... que nuestra casera llamó a Vene y le platicó una triste historia:
Resulta que desde que el gatito se petateó Doña Gorda es la más odiada de la colonia y nadie le dirige el habla porque la ñora del gato -que es su vecina- le dio el patatús porque su gatito había muerto y estaba segura que no había sido por enfermedad sino porque -según otra vecina chismosa- algún inquilino de Doña G había apedrado y limoneado al micifuz y que por eso había pasado a hacer un difuntito.
Ja! Ahí fue cuando me dio el patatús cuando escuché eso, porque en efecto... cuando el gato estaba medio muerto tirado en el patio de Miss G, mi querido hermanito -de 23 años- agarró unos limones y empezó a tirárselo. Obvio el animalito estaba más pa'allá que pa'... y no murió a causa de los limonazos, pero sí hubo alguien que le aventó piedritas y limonazos.
Doña Gorda nunca se enteró de eso, y nos defendió ante su vecina, diciendo que ella no tenía inquilinos niños, que todos eran unos adultos y que pues que las personas grandes no hacen eso. Craso error! Sí hay gente que lo haga independientemente de la edad que tengan y para muestra está mi hermano.
En fin, el punto es que Vene -que ya sabía quién había sido el limonero- fue a hablar con la dueña del minino y le aseguró que nadie había ocasionado su muerte a proyectiles y zaz que se suelta a llorar la mona porque hacía más de 9 años que el felino había estado con ella y que era muy querido y que todavía no puede superar su muerte -hace como 2 meses de eso-.
Pos bueno, con la vergüenza por los suelos, Vene sostuvo la versión de que se murió solito sin que nadie le echara una manita y como que la señora no lo aceptó mucho, pero ya le habla a doña Gorda más o menos bien.
Memo: No permitir que nadie le tire pedradas o limonazos a ningún animalito.

2 comentarios:

El R. dijo...

Jiji, Doña Gorda. Es un buen nombre. Saludos.

Cary! dijo...

Saludos a ti también. Y no es mucha imaginación su sobrenombre... es por obvias razones.